El ‘boom de Ozempic’ se podria triplicar en el mercado estético en cinco años

Los medicamentos para perder peso conocidos como GLP-1 están redibujando, a una velocidad sin precedentes, el panorama de la medicina estética. 

Lo que comenzó como una revolución farmacológica contra la obesidad se ha convertido en un fenómeno social que ha generado un nuevo perfil de paciente y ha disparado la demanda de tratamientos estéticos para contrarrestar sus efectos secundarios.

Según las previsiones de los analistas, el boom de Ozempic, Wegovy y Mounjaro hará que este mercado casi se triplique en apenas cinco años: de 608 millones de euros facturados en 2024 se pasará a 1.737 millones en 2029 a nivel global.

En España, entre un 14% y un 17% de la población adulta padece obesidad. 

“Antes la gente hacía dieta, y de repente se han encontrado con estos medicamentos como una vía rápida y accesible para perder peso”, explica a ElEconomista Emma Rodríguez, directora médica de Merz Aesthetics Iberia. En esta línea, el doctor César Casado, del servicio de Medicina Estética de HM Hospitals, recuerda que la reducción acelerada de kilos provoca vacío, flacidez y pérdida de la morfología corporal.

Los expertos apuntan que “esto es un tsunami, y ya está llegando a las consultas”. Las clínicas están recibiendo a un paciente completamente nuevo: personas que nunca antes se habían planteado acudir a un centro de medicina estética, pero que ahora buscan soluciones a los efectos visibles de una pérdida de peso rápida.

La demanda se centra sobre todo en el rostro, donde la pérdida de grasa deriva en un envejecimiento acelerado. La piel se adelgaza, las arrugas se marcan y se hunden las sienes y las ojeras, un fenómeno conocido popularmente como “cara Ozempic”. La reducción del tejido adiposo elimina el soporte natural del rostro, mientras que la piel pierde colágeno y elastina más rápido de lo habitual.