“Es surrealista que unos supuestos liberales critiquen la presencia de Ferraris en Andorra”

Las recientes declaraciones en RTVA de la presidenta de Liberals, Cristina Rico, han vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre el modelo económico de Andorra. Rico cuestionó abiertamente la llegada constante de nuevos residentes y sociedades vinculadas a estrategias fiscales, preguntando cuál es el “peaje” que paga el país por esta dinámica.

Según Rico, la escalada de precios de la vivienda y la atracción de un perfil de residentes que proyectan una imagen de lujo desmedido son un problema. “Si no tienes un millón de euros, no te compras un piso”, afirmó, criticando también el aumento del número de vehículos de alta gama que “pasean por aquí como si fueran parte del paisaje”.

Las declaraciones de Rico generaron polémica por su ambigüedad: reconoce que “esta gente viene a no pagar impuestos, no lo critico”, pero alerta del “peaje” que supone para el país, contraponiendo la presencia de “gente muy guay con Ferraris” con la falta de un beneficio real para la sociedad. También insinuó que España y Francia podrían ver con recelo la llegada de residentes motivados por ventajas fiscales, aunque fuentes habituales de cooperación transfronteriza confirman que no hay tensiones fuera de las negociaciones técnicas rutinarias.

La respuesta de Carine Montaner: la riqueza como oportunidad

En este contexto, las declaraciones de la presidenta de Andorra Endavant, Carine Montaner, han puesto énfasis en la importancia de no demonizar la riqueza y gestionarla de manera inteligente. “Es surrealista que unos liberales critiquen la presencia de Ferraris o coches de lujo en Andorra”, afirmó Montaner a La Veu Lliure. Según la líder política, ver vehículos de alta gama en el país no representa un problema, sino el reflejo de un país que atrae capital y tiene actividad económica.

“La verdadera cuestión no es quién tiene riqueza, sino cómo hacemos que esa riqueza beneficie al conjunto de la sociedad”, añadió.

Política y gestión económica: más allá de la confrontación

Montaner defiende que la política no debe centrarse en enfrentar ricos y trabajadores, sino en crear un país donde todos puedan prosperar. “Un país sano es aquel donde pueden convivir: personas con alto poder adquisitivo, clases medias fuertes y trabajadores que puedan vivir con dignidad, acceder a la vivienda, a los servicios básicos y tener perspectivas de futuro”.

Según Montaner, la presencia de personas con elevada capacidad económica es una oportunidad, no una amenaza, un fenómeno conocido en economía como el efecto goteo (trickle-down economics), asociado a economistas como Arthur Laffer.

“La idea es sencilla: cuando hay actividad económica en la parte alta —inversión, consumo, empresas, patrimonio—, esa actividad puede goteo hacia abajo en forma de: puestos de trabajo, servicios, recaudación fiscal, dinamización del comercio y de la economía local”.

El verdadero reto: políticas públicas valientes y equitativas

Montaner advierte que este goteo no es automático: “Si no hay políticas públicas valientes, equitativas y bien diseñadas, la riqueza no baja sola”.

Por ello, el verdadero reto no es criticar a quien tiene un Ferrari, sino implementar medidas que aseguren que el crecimiento económico llegue a todos:

• Incentivar a las empresas con incentivos fiscales para garantizar salarios dignos.

• Facilitar el acceso a la vivienda.

• Evitar la expulsión de la clase media y trabajadora.

• Asegurar que el crecimiento económico no deje a nadie atrás.

“Un país no se construye enfrentando ricos y trabajadores, sino haciendo que el progreso funcione para todos. Y eso no se consigue con discursos de confrontación simbólica populista, sino con políticas eficientes, justas y con visión de futuro”, concluyó Montaner.