EDITORIAL | Una joya en los Pirineos dentro de una Europa decadente
Artículo de opinión de Víctor Domínguez
Andorra lleva unos años arrastrando una serie de problemas que no se han analizado desde una visión pragmática y de sostenibilidad a futuro.
Problemas a los que se les ha puesto parches y no se ha realizado un diagnóstico claro para atajarlos de raíz. Hoy vamos a hacer un diagnóstico de estos problemas y a aportar diferentes soluciones que pueden permitir una sostenibilidad a largo plazo.
El país está experimentando una evolución acelerada en los últimos 5 años que ha traído cosas muy buenas, pero también ha traído cosas muy malas. Los grandes cambios en un país también vienen de la mano de grandes retos que no se estaba acostumbrado a lidiar con ellos.
La falta de planificación del modelo al que aspira el país es una de las principales causas de la situación actual. El principal problema que ha experimentado Andorra es su crecimiento poblacional fruto de la huida de muchas personas de los modelos fiscales confiscatorios en Europa sumado al aumento del turismo.
Esto son dos factores que vienen de la mano, la llegada de perfiles mediáticos al país ha puesto el país en el mapa para personas que nunca se habían planteado venir. Muchas veces no se valora todo esto, pero las cifras récord en el turismo son consecuencia de toda la visibilidad que le han dado estos nuevos residentes. La mejor campaña turística de la historia no te la ha hecho Andorra Turisme, te la han hecho todos los youtubers dando visibilidad al país.
Estas cifras récord de turismo han traído consigo también cifras récord de llegada de mano de obra extranjera. Y es que aquí hay una realidad incómoda de analizar: si te pones a mirar los datos, el problema de la vivienda ha venido por la llegada masiva de mano de obra barata, mano de obra que necesita el sector privado del país para ser competitivo.
Y aquí empieza la encrucijada en la que nos encontramos. A nivel de propaganda política queda mejor culpar a unos cuantos youtubers del aumento del precio del alquiler, algo que es cuanto menos demagogia.
Porque seamos realistas, ¿el youtuber compite con la población local por una vivienda a precio asequible? La realidad es que no, el youtuber compite con otros residentes de alto poder adquisitivo por viviendas de lujo.
¿Quién es el que compite con la población local por las viviendas de clase media y asequibles? Toda la mano de obra masiva que ha llegado al país ante las cifras récord de turismo. Y aquí podemos diagnosticar de manera muy clara el problema que tiene el país: un sector privado de poco valor añadido, que necesita de mano de obra barata y que tiene que importarla del extranjero.
Es irónico pensar que el principal motor económico del país está siendo a su vez su condena, pero es la realidad. El aeropuerto de Andorra-La Seu también ha acercado Andorra al mundo y con la llegada de vuelos Schengen esto va a ir a más.
Andorra vive del turismo, pero el turismo y el modelo actual de turismo ahogan a Andorra.
¿Y ahora bien? ¿Qué hacemos con esto? Pues yo les voy a plantear soluciones de todas las ideologías y colores, pero soluciones. Debemos centrarnos en el pragmatismo y no en los relatos políticos. La gente quiere soluciones, no consignas.
El problema de la vivienda es un problema claro y la Andorra de los 90.000 habitantes también trae problemas añadidos, pero al país no debería preocuparle solo la población permanente, sino la población flotante que tiene con los turistas durante todo el año.
El problema de la población residente es sin lugar a dudas la falta de oferta de vivienda y de promociones inmobiliarias de clase media y asequibles.
Andorra necesita un plan ambicioso de construcción y un crecimiento en altura para aprovechar más el terreno tan escaso que tiene. Solo cuando la oferta de vivienda supere a la demanda, los precios bajarán.
Y en el país hay capacidad de inversión en vivienda, lo que se necesita es la colaboración pública que saque adelante estos proyectos y agilice los trámites para hacerlo realidad. Muchos residentes estarían encantados en invertir en estas promociones. Andorra está sufriendo una fuga silenciosa de capitales a Dubái, donde les permiten invertir en inmobiliario de manera sencilla y con seguridad jurídica.
Y es una pena porque hablamos de cifras de inversión que a más de uno le dejaría alucinado. Muchos residentes empiezan a ver el país como un lugar poco amigable para invertir.
Por el lado de la oferta, el sector público puede poner a la disposición de la gente terrenos públicos que pueden ser convertidos en vivienda asequible, ya sea con fondos públicos, con una colaboración público-privada o de la mano del sector privado.
Muchos parkings públicos pueden hacerse subterráneos y aprovechar ese terreno para crear vivienda también.
Estas son políticas que llevan tiempo, ya que no se construye en dos días, pero cuanto antes se inicie, más rápido se podrá dar respuesta a este problema.
En cuanto a la inversión extranjera, hay que ser realista: no hace una presión en el mercado de la vivienda tan fuerte como lo hace la mano de obra, además de que compiten por viviendas totalmente distintas.
Pero algo interesante alrededor de la inversión extranjera es que le da al país una inyección de ingresos públicos que jamás antes había tenido Andorra. Andorra tiene que utilizar estratégicamente este capital para adaptar el país a las nuevas necesidades.
Se necesita invertir en infraestructura que reduzca las retenciones y aligere toda la circulación, se necesita negociar mejorar los accesos al país que tantos quebraderos de cabeza dan en la frontera, y sobre todo se debe también incentivar al sector público local.
Soy fiel creyente que la gente en el sector público tiene que ver que la llegada de inversiones extranjeras también le llega a ellos.
El utilizar a la prensa para atacar a la inversión extranjera no te va a provocar otra cosa que una fuga de capital a Dubái. Y hay que tener cuidado con la imagen que se vende del país; el dinero es muy miedoso, y si te presentas como un país hostil para hacer negocios, nadie querrá traer dinero y empleo aquí.
Andorra debe de entender que compite con otros países con modelos fiscales muy atractivos y que tratan muy bien al que viene a hacer negocios y a dejar dinero en el país. A veces, aquí parece que se pega el socialismo de España y se ve al que viene a dejar dinero como un enemigo.
Pero continuemos con el diagnóstico, ya hemos visto que el principal problema que tiene Andorra es su masificación y el modelo de turismo de país que ha traído consigo la llegada masiva de mano de obra extranjera, que ha hecho que se disparen los precios de la vivienda.
¿Cómo atajamos todo esto siendo un sector vital para el país? Principalmente empezando a buscar un turismo de mayor valor añadido. Andorra aún no se cree que puede tener este turismo y sigue apostando por el turismo de bocadillo.
Andorra necesita un turismo de mayor caché y que deje más dinero en el país. Y para ello se necesita preparar el país para un público así, con un sector privado que pueda dotar a un turismo de mayor poder adquisitivo un lugar donde gastar su dinero.
Es una pena que Andorra, siendo un lugar en el que tanta gente con dinero viene de compras, no tenga tiendas de lujo que podrían dejar tantísimo dinero en el país.
Tienes el país lleno de ricos y no les das lugares donde gastarse el dinero; mejor que se lo gasten en Barcelona. El coste de oportunidad es enorme.
Aumentar el ticket medio del turista, tener tiendas y restaurantes de mayor nivel, también te permite mejorar los salarios y filtrar turistas que realmente no dejan mucho dinero en el país.
Esto no implica renegar de los comercios más baratos, implica entender que tienes a mucha gente en el país con mucho dinero que podría gastar más de lo que gasta si le dieras los lugares donde gastarlo.
El turismo de ticket bajo te trae masificación y deja poco dinero en el país. Un turismo de ticket más alto te trae menos masificación y más dinero. Os puedo asegurar que el mayor problema del turista de altos ingresos en Andorra es que no sabe dónde gastarse el dinero. Dale postureo al rico y que gaste en el país, a la gente le encanta esa clase de postureo.
Se necesita una planificación a futuro del modelo de país, porque Andorra avanza a una velocidad vertiginosa, y si se abordan estos retos de manera valiente, se podrá tener una joya en los Pirineos en una Europa decadente.
La inversión extranjera nunca ha sido el problema, el problema ha sido la masificación del país, y todo esto debe abordarse desde el pragmatismo, no desde el populismo.
Hay que construir y mucho y apostar por un modelo de turismo de mayor ticket medio. Andorra no debe competir en precios bajos, Andorra debe competir en excelencia. Y esto traerá consigo mejores salarios y perfiles de mano de obra más cualificada.
La Andorra de los 90.000 habitantes trae retos por delante para el país muy grandes, pero también grandes oportunidades. Ojalá los andorranos fueran conscientes del potencial que puede tener el país si se tiene un plan a largo plazo y no se sobreactúa con los problemas de crecimiento, tarde, mal y de manera reactiva.
Si tú ves que el país está creciendo tan rápido, debes preparar el país para ese crecimiento, sino en algún momento los problemas llegarán. La falta de previsión nos ha llevado a este punto y es momento de analizarlo con objetividad y dar soluciones, no de buscar culpables a los que cargarle el muerto.
Andorra debe de ser consciente que en una Europa de la que el dinero huye, tiene una oportunidad inmensa de ser un refugio de capital y utilizar esos recursos como palanca de desarrollo de nuevos sectores en el país. Seguir el modelo europeo solo llevará a Andorra a acabar como los países europeos; Andorra debe mirar el modelo de Emiratos Árabes y entender por qué tanta gente está yendo allí, cómo el país acoge a los inversores y cómo promueve el desarrollo inmobiliario del país.
Mucho ojo con la amenaza de Dubái, las políticas contra la inversión hacen que el capital huya, y Dubái está siendo donde el dinero de Andorra que no se deja invertir está huyendo. Andorra no puede dar por hecho a estos residentes de alto poder adquisitivo ni darles un país hostil para los negocios, porque cualquiera de ellos puede tener una residencia fiscal en Dubái en dos semanas con facilidad.
Y esto es dinero que va a perder el país y recursos que se van a ir. La responsabilidad en muchos casos es de los medios de comunicación que marcan en su agenda editorial la cacería de estos perfiles. Mucho cuidado y aspiremos a una Andorra mejor, con un modelo sostenible a largo plazo para todos: desde el que viene a trabajar, como el andorrano, como el inversor. Busquemos una convivencia plena y equilibrada para todos.