“El póker es aplicar presión, pero también saber recibirla. La incomodidad forma parte del juego y de la vida”
Entrevista a Leo Margets per Joel Picón
 
  Hay quienes ven el póker como un simple juego de cartas, y quienes, como Leo Margets, lo entienden como una auténtica escuela de vida. Su nombre es sinónimo de talento, disciplina y mentalidad ganadora: desde aquel 27º puesto en el Main Event de las World Series of Poker 2009, hasta su brazalete mundial en 2021 y su histórica mesa final en 2025, Leo ha demostrado que el éxito en las cartas empieza mucho antes de sentarse a la mesa.
En esta conversación, Leo reflexiona sobre las lecciones que el póker le ha enseñado —desde la gestión emocional hasta la toma de decisiones bajo presión— y cómo esas mismas herramientas sirven también para vivir mejor. Hablamos de su filosofía de vida, de la importancia de disfrutar incluso en la incomodidad, del equilibrio entre mente y diversión, y de su refugio en Andorra, donde ha encontrado la calma y el foco que su profesión exige.
Leo, algunos podrian ver el póker como un simple juego de cartas, pero tú dices que es una “escuela de vida”. Si tuvieras que elegir una lección del póker que todos deberían aplicar en la vida, ¿qué enseñanza te ha dejado y podrías explicarnos?
Sí, para mí el póker es una increíble escuela de vida; es una metáfora de la misma. Para jugar bien tienes que desarrollar y practicar cada día habilidades que también te convierten en un mejor tomador de decisiones fuera de las mesas.
El póker te ayuda a vencer tus miedos, a entender el riesgo, a reconocer tus sesgos, a desapegarte del resultado y a comprender que lo único importante es el valor de las decisiones que tomas.
Me costaría quedarme con una única lección, porque me ha enseñado muchas cosas. Por ejemplo, te ayuda a gestionar tus emociones, a ser consciente de cómo te afectan, a hacer introspección, a tener esa metacognición que te permite saber cómo te perciben los demás. Al final es algo súper interesante, tanto en la vida como en el póker. Así que sí, el póker es para mí un microcosmos de la vida bastante perfecto.

Dices que manejar tus emociones y las de los demás es clave en la mesa. ¿Alguna vez un torneo te ha enseñado algo sobre ti misma que no esperabas?
Sí, la gestión emocional es vital. Algo que aprendí hace unos años es que no se trata de matar las emociones ni de jugar emocionalmente muerta, como yo creía al principio. Pensaba que eso era una virtud, pero con el tiempo entendí que la clave está justamente en no matar esas emociones, sino en gestionarlas. Las emociones nos dan información; son adaptativas. Nos hacen tomar conciencia de lo que sentimos y buscan generar una conducta, por eso hay que escucharlas.
Este verano, que ha sido el momento más importante de mi carrera, también ha sido el más emocional de toda mi vida. Descubrí que para sacar mi mejor juego tengo que pasármelo bien, que rindo mucho más cuando disfruto. También aprendí que es fundamental aceptar los momentos incómodos, porque forman parte del póker. No puedes jugar siempre en tu zona de confort: el póker es aplicar presión, pero también saber recibirla. Hay que estar preparado para esos momentos incómodos, incluso abrazarlos y disfrutarlos, porque son parte del juego.
En tu carrera has vivido momentos de gran presión y otros de pura euforia. ¿Podrías contarnos un instante que recuerdes como un verdadero “subidón” emocional en un torneo?
Sin duda, el momento más intenso y emocionante de mi vida —no solo en el póker, sino en general— fue este verano, antes de alcanzar la final del Main Event de las World Series, cuando quedábamos 15 jugadores.
Era un momento de máxima tensión y muchas emociones. Ojalá pudiera mostrarte un vídeo, porque esas imágenes reflejan mucho mejor lo que sentí que las palabras.
Me cuesta describirlo, porque además lo compartí con todos mis amigos, lo que lo hizo aún más especial. A falta de 15 jugadores me jugué un flip, una situación prácticamente 50-50. Yo tenía dos jotas, mi rival un rey. Salió un as en el flop, pero acabé ganando la mano porque hice color runner-runner, es decir, con la última carta.
Ese instante, rodeada de mis amigos, todos pidiendo el trébol como si les fuera la vida en ello… aún se me pone la piel de gallina al recordarlo. Es un momento que guardaré toda la vida. Incluso mis amigos me dijeron después que fue lo más bestia que han vivido. Me siento muy afortunada de haber podido generar esas emociones, tanto en mí como en los demás.

Andorra es tu hogar actualmente. Si tuvieras un día libre para desconectar del póker y de la rutina, ¿qué harías para disfrutar al máximo del país?
Por suerte, puedo desconectar bastante del póker en mi día a día. Tengo momentos de mucha intensidad cuando estudio o juego, pero la verdad es que no quiero desconectar de mi rutina, porque me encanta. Disfruto del país cada día a mi manera. No esquío, pero adoro la naturaleza; me encanta pasear por el Rec del Solà. También entreno mucho y voy a Caldea a relajarme. Cuando no entreno, disfruto de las aguas o la sauna. Me siento muy afortunada de llevar la vida que quiero. Andorra encaja perfectamente con mi estilo: me gusta la vida tranquila, quedar con amigos para comer y vivir feliz en un pueblo. Andorra me encanta.

Considerando la situación política en España, ¿crees que acertaste al trasladarte?
La decisión, como en el póker, fue correcta pasara lo que pasara. Con la información que tenía en ese momento, decidí venirme.
Fui sincera conmigo misma: acababa de divorciarme y necesitaba un cambio de aires. Pensé en ir a Madrid, pero al final elegí Andorra porque tenía muchos amigos aquí y, evidentemente, por razones fiscales relacionadas con el póker. Pero no fue el motivo principal.
Lo determinante fue saber que aquí tendría una comunidad, un estilo de vida que me gustaba, y que además estaba a solo tres horas de España. Si un fin de semana quiero ver a mis padres o amigos, no hay mucha fricción.
Y, viéndolo con perspectiva, sí, me reafirmo: fue una gran decisión. No me gusta quejarme, pero reconozco que ahora me da mucha paz no tener que vivir lo que muchos de mis amigos están viviendo en España. Me siento en calma.
El póker requiere mucha estrategia y autocontrol. ¿Qué consejo darías a alguien que quiera acercarse al juego sin perder la diversión ni su equilibrio personal?
El póker es una mezcla de autocontrol, autoconocimiento, estadística y mucha psicología, pero sobre todo es muy divertido.
Creo que puede ser un hobby fantástico. Yo, por ejemplo, juego al pádel, y mi objetivo no es ser profesional, sino divertirme y mejorar un poco cada día. Del mismo modo, no es obligatorio acercarse al póker con una mentalidad profesional.
Es un juego de habilidad que genera emociones intensas y puede ofrecer una gran experiencia social. Eso sí: como implica emociones y dinero, hay que conocerse muy bien. Siempre he pensado que las adicciones están más relacionadas con la personalidad que con la actividad en sí. Lo importante es jugar dentro de unos límites que no te afecten. Al final, como cualquier otro hobby, puede costarte dinero: igual que te gastas 50 o 100 euros en salir a cenar o a tomar algo, puedes invertir esa cantidad en un torneo de póker o en varios online y vivirlo como una experiencia divertida, estimulante y social.
Además del póker, tienes una vida llena de proyectos y aprendizajes: libros, idiomas, economía… ¿Cuál de estas facetas ajenas al póker disfrutas más y por qué?
Soy una persona muy curiosa, me encanta aprender. El póker me llena, pero también disfruto de que mi día a día incluya otras cosas.
Ahora mismo estoy cursando un máster en neurociencia en el ICNS, y de vez en cuando me formo en temas que me interesan. En su momento escribí un libro y he dado charlas, aunque hoy en día son actividades accesorias, porque mi foco principal es el póker.
Jugar a nivel competitivo y mantenerte en la élite requiere muchas horas, así que concentro ahí mi energía.
Aun así, disfruto de todo lo que hago. Me siento muy afortunada de poder dedicarme solo a cosas que me apasionan. Pero, sin duda, mi mayor hambre de competición y mi principal motivación están en el póker.
 
			 
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
  