Pensiones con topes, aumento de cotizaciones, prolongación de la edad de jubilación y un modelo de capitalización
Demòcrates ha señalado que el principal escollo técnico para la reforma de las pensiones es el factor de conversión actual

El sistema de pensiones de Andorra entra en una fase decisiva de reforma. Con una relación actual de 2,97 trabajadores por cada pensionista —una proporción que todavía supera a la de España y Francia, pero lejos del umbral óptimo de sostenibilidad, fijado en 4 a 1—, el Consell General trabaja contrarreloj para garantizar la estabilidad del modelo a largo plazo.
Hace apenas dos décadas, había seis cotizantes por jubilado, un dato que evidencia el envejecimiento progresivo de la población y la presión creciente sobre la rama de vejez de la CASS.
Según los especialistas consultados por RTVA, el país aún mantiene por poco el mínimo de tres personas activas por pensionista, pero la tendencia es claramente a la baja.
Las líneas de reforma sobre la mesa
En declaraciones a La Veu Lliure, el presidente del grupo parlamentario Demòcrates per Andorra, Jordi Jordana, ha explicado que todavía no existe una propuesta única cerrada, pero sí un marco de acuerdo amplio sobre las líneas de actuación:
"Avanzamos con la idea de aumentar las cotizaciones, prolongar la edad de jubilación de forma progresiva y establecer topes de cotizaciones y pensiones máximas y mínimas. No tendrá un efecto transformador por sí solo, pero ayudará."
No obstante, Jordana ha señalado que el principal escollo técnico es el factor de conversión, el indicador que calcula cuántos años de pensión se deben pagar según las aportaciones del trabajador.
Actualmente, ha afirmado, se paga en nueve años lo que teóricamente debería cubrir veinte, lo que desajusta completamente el equilibrio financiero del sistema.
Hacia un modelo mixto con capitalización y solidaridad
Además de las medidas paramétricas, el debate parlamentario también incluye una posible reforma estructural. Tanto Demòcrates como Andorra Endavant plantean introducir progresivamente un pilar de capitalización individual, gestionado desde el sector público.
"No se puede hacer de un día para otro, pero debemos avanzar hacia un sistema donde cada uno tenga su cuenta propia. Eso sí, con mecanismos de solidaridad, porque los sistemas puramente capitalistas serían demasiado insolidarios", ha subrayado Jordana.
La consejera Carine Montaner ha pedido recientemente avanzar hacia un modelo mixto, que combine el actual sistema de reparto con cuentas individuales para las generaciones más jóvenes.