Tres puntos clave bloquean el Acuerdo UE–Andorra: supervisión, disputas y alineación regulatoria
Bruselas y Andorra cierran capítulos técnicos, pero los puntos sensibles siguen bloqueados

Las negociaciones entre la Unión Europea y Andorra han entrado en una fase avanzada. Según fuentes comunitarias, la mayor parte de los capítulos técnicos ya están provisionalmente cerrados, un paso relevante para acercar al Principado al mercado interior europeo.
Aun así, todavía existen puntos sensibles que frenan el cierre definitivo: la supervisión institucional, la resolución de disputas y el alcance de la alineación regulatoria.
Estos elementos son considerados esenciales para garantizar que el acuerdo no deje vacíos legales ni asimetrías en la aplicación de las normas.
Objetivo: cerrar dentro del ciclo legislativo 2024–2029
La Comisión Europea tiene como objetivo finalizar y ratificar el acuerdo dentro de la actual legislatura (2024–2029). Este calendario refleja la ambición de Bruselas de lograr resultados tangibles en su estrategia con los microestados.
No obstante, este horizonte optimista no puede ocultar las incertidumbres políticas y jurídicas que todavía persisten. Varias capitales de la UE cuestionan la legitimidad democrática y la proporcionalidad del acuerdo, especialmente en lo que respecta al impacto sobre la soberanía estatal.
A medida que se acerca el momento de la decisión, los parlamentos nacionales y la opinión pública de los Estados miembros se convierten en factores clave.
¿Mixto o no mixto?
Alemania, Francia e Italia observan con atención los detalles, especialmente aquellos que afectan a la fiscalidad y la movilidad profesional.
El debate sobre si se trata de un acuerdo mixto —que requeriría ratificación nacional— o un acuerdo exclusivamente comunitario se perfila como uno de los grandes puntos de fricción. Todo ello puede condicionar el ritmo de las negociaciones y poner a prueba la capacidad de Bruselas para cerrar un acuerdo equilibrado con el Principado.