Punjabi alerta que defender los derechos fundamentales en Andorra "puede tener un alto costo profesional"
Resma Punjabi ha hecho público un comunicado en el que expone las difíciles condiciones en las que tenía que trabajar.

La exdirectora de la Agencia Andorrana de Protección de Datos (APDA), Resma Punjabi, ha hecho público un comunicado en el que explica los motivos de su dimisión y denuncia las difíciles condiciones en las que tenía que trabajar, marcadas según ella por injerencias políticas, recortes presupuestarios, obstáculos administrativos y reducciones salariales.
Según Punjabi, la Agencia se vio obligada a dedicar cuatro de cada cinco días a controles parlamentarios, mientras que las denuncias y expedientes se acumulaban sin respuesta, dejando desprotegidas a las personas que habían solicitado amparo.
Confidencialidad en riesgo y "mala gestión"
De hecho, asegura que no podía contar con inspectores ni establecer políticas de igualdad ni planes estratégicos, y que la confidencialidad operativa de la Agencia estaba en riesgo.
En el comunicado, Punjabi critica que una reforma legal reciente habría debilitado aún más la independencia de la Agencia, imponiendo la tutela de una Comisión sobre la entidad y promoviendo un relato mediático de “mala gestión” para desviar la atención del verdadero problema.
A pesar de las dificultades, Punjabi recuerda que durante su mandato se lograron varios éxitos destacados, como la regulación de carteles de videovigilancia, la supresión de prácticas administrativas como la fotocopia del pasaporte, el impulso de un acuerdo bilateral con Estados Unidos, la supervisión de la normativa en empresas e instituciones, y la divulgación sobre derechos digitales e inteligencia artificial con perspectiva de género.
La exdirectora concluye que dimitir no es rendirse, sino mantenerse fiel a los mismos principios, y asegura que continuará defendiendo el derecho a la privacidad y la libertad de los ciudadanos desde cualquier plataforma que le sea posible.