Espot advierte que “no será fácil” despenalizar el aborto con la Santa Sede
El cap de Govern ha apelado a la Constitución y a la protección de la vida que prevé el artículo 8.1
“Es una cuestión muy delicada, en la que deben hacerse equilibrios muy frágiles y que, por tanto, requiere un análisis cuidadoso y no actuar con excesiva prisa, porque está en juego el mantenimiento de nuestra estructura institucional, algo que siempre queda claro cuando hablamos con la Santa Sede”.
Así lo ha manifestado el jefe de Gobierno, Xavier Espot, sobre la reunión mantenida esta misma semana con el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, para abordar la cuestión de la despenalización del aborto.
No obstante, Espot ha señalado que ambas partes tienen “la voluntad compartida de avanzar, de encontrar encajes, de hallar soluciones”.
Aun así, ha reconocido que “no será fácil y, seguramente, este equilibrio hará que, si queremos mantener nuestra estructura institucional, probablemente no podamos aprobar una ley de máximos”.
“Desde el Gobierno no desfalleceremos en nuestra voluntad de avanzar de manera decidida en el reconocimiento de los derechos de las mujeres”, ha asegurado.
Y, cuestionado sobre si ha notado algún cambio en el talante de los negociadores con el nuevo Papa, ha respondido que “más o menos las líneas rojas son las que son, y son los dogmas de la Iglesia y de la religión católica, y todos lo sabemos; para ellos, la protección del derecho a la vida es una línea roja”.
El artículo ocho
Además, ha vuelto a referirse a la Constitución y a la protección de la vida que esta establece, subrayando que será necesario tenerlo en cuenta en la redacción de una futura ley para que no sea inconstitucional.
En cuanto al calendario, ha recordado que existe el compromiso de aprobar un texto sobre la despenalización durante esta legislatura, y que, en consecuencia, debería estar tramitado durante el primer trimestre del próximo año.
En este sentido, ha destacado que se ha decidido intensificar el trabajo técnico, y que si el proceso “avanza correctamente, podría haber un texto antes de finales de año”.
“Pero, como siempre digo, no vendrá al cabo de dos o tres meses; es decir, si hemos estado siete siglos con esta situación y ahora tenemos una oportunidad y una ventana para resolverla adecuadamente, creo que es mejor hacerlo bien con tres meses de demora que precipitarnos y poner en jaque nuestro modelo institucional por querer hacerlo demasiado rápido”.