Del acuerdo que “los andorranos merecen” a considerarlo mixto
La incertidumbre sobre el procedimiento de ratificación marca un punto de inflexión en el proceso
Hace menos de un mes, en un acto oficial en el Elíseo, el presidente francés Emmanuel Macron destacaba la labor del jefe de Gobierno, Xavier Espot, y expresaba públicamente el apoyo de Francia a la culminación del acuerdo de asociación entre Andorra y la Unión Europea. Aquella intervención transmitía un mensaje de aval político y de acercamiento entre Andorra y Bruselas.
Ahora, sin embargo, la posición francesa ha cambiado de manera significativa.
Según ha avanzado RTVA, Francia ha comunicado formalmente al Gobierno andorrano que considera que el acuerdo de asociación es un acuerdo mixto. Esta calificación implica que el texto no solo debe ser aprobado por las instituciones europeas, sino también por los parlamentos de los 27 Estados miembros. Esto abre un escenario mucho más complejo y prolonga los plazos previstos inicialmente.
El Gobierno francés justifica esta posición señalando que algunos aspectos del texto, como la gobernanza fiscal y las inversiones en cartera, afectan competencias de los Estados y, por tanto, obligan a una ratificación parlamentaria completa.
Esta postura contrasta con la de España, que mantiene que el acuerdo no es mixto y que, en consecuencia, solo necesita la validación de las instituciones comunitarias.
La Comisión Europea también es partidaria de considerarlo un acuerdo exclusivamente de la UE, pero la decisión final corresponde al Consejo Europeo y aún no hay un calendario establecido.
En paralelo, una delegación andorrana formada por representantes del pacto de Estado para el acuerdo de asociación se desplaza esta semana a Bruselas para reunirse con miembros de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo. El objetivo de la reunión es conocer qué implicaciones tendría la posición francesa y qué posibles escenarios se contemplan a partir de ahora.
La incertidumbre sobre el procedimiento de ratificación marca un punto de inflexión en el proceso. Lo que hace solo unas semanas parecía un camino claro hacia la firma del acuerdo, se transforma ahora en un escenario condicionado por los ritmos políticos de los Estados miembros.